miércoles, 31 de octubre de 2012


Aquellos días de frío siberiano en que tú y yo disfrutábamos del calor de nuestra propia primavera. Primavera de desayunos y de madrugadas y de nosotros. Tú y yo descubriendo un nosotros.

martes, 30 de octubre de 2012

Borradores que dejan migajas de pasos borrados



Había llegado tarde, como siempre. Metió las manos en los bolsillos de sus pantalones y miró sus pies. Mientras mascaba chicle con desgana, alzó la cabeza y miró la luna. Allí estaba, redonda y enorme. Se encogió de hombros y comenzó a caminar.
Sus pensamientos viajaban a velocidades imposibles y en ellos sólo había una persona: Amelia. Su color de pelo, su olor a flores silvestres, su voz. Y él había llegado tarde.

( Extremoduro + The Mission )


- - - - - 


Abrió los ojos. La oscuridad besaba sus labios y lamía su piel.

Abrió los ojos. Mientras sus ojos se acostumbraban a la falta de luz comenzó a analizar el sitio donde estaba, no podía recordar nada. Había ido a por el coche y después.... nada. Había salido del trabajo, había ido a por el coche y después... nada. Su mente estaba bloqueada. No podía recordar lo que pasaba.

- Despierta...

Un escalofrío atravesó su cuerpo y notó frío. Todo olía a hierba húmeda y metal. Notaba el cuerpo entumecido y dolorido; ¿qué había sucedido? Intentó moverse pero algo se lo impedía, tanto sus muñecas como sus tobillos estaban atados. Estornudó. Hacía frío y tenía miedo. Tranquila, Alice, tranquilaPiensa. Fue entonces cuando comenzó su forcejeo. Intentaba separar una mano de otra, aflojar las ligaduras. Si al menos pudiese ver algo... Si pudiese encontrar una piedra afilada... Conforme se iba cansando, su desesperación crecía.

¡Vamos! - entre jadeos y forcejeos la cuerda fue cediendo. En el momento en que sus manos fueron libres, deshacerse de la prisión de sus tobillos fue mucho más sencillo.

- Despierta...

lunes, 29 de octubre de 2012

Buzones y otras decepciones



Cada día bajaba al buzón con el azul en el corazón y cada día la lluvia de la decepción le mojaba el pelo, siempre algo enmarañado. Y así fueron pasando los días. Ella introducía una llave formada por catorce estrellas y contenía el aliento antes de abrir, esperando encontrar cualquier cosa: desde un barco pirata a un nuevo universo con constelaciones inventadas. Y cada día su rostro se ensombrecía, mientras la propaganda y las facturas asediaban sus castillos en el aire. Y así fueron pasando los días. Poco a poco, la ilusión por encontrar unas letras escritas con tinta fue sustituida por la pasividad de una incógnita previamente desvelada. Y así fueron pasando los días. Su corazón fue haciéndose más limón que cereza y ella volviéndose más desvaída. Sus colores se apagaban cada día un poquito más. La Nada de aquel buzón absorbía su esperanza. De nítida pasó a translúcida. Y así fueron pasando los días. Cada día baja al buzón hasta que llegaron los días en que pasaba a su lado, evitaba mirarlo, y seguía sin detenerse. Desde ese momento el porcentaje de humedad del ambiente iba de la mano con su porcentaje de desilusión. Todos los días llovía. De translúcida paso a transparente. Ya sin colores, dejó de ir al buzón.


Que él me llame por primera vez y por sorpresa, 
que él me ofrezca unas palabras, una imagen y una canción, 
que ella me escriba, me ofrezca una perfecta canción
 y hasta vuelva a llamarme para ofrecerme la última. 
Que  seas sólo silencios. Eso es mal.

domingo, 28 de octubre de 2012

¡Despierta!



¡Despierta! Abre los ojos al día. Suspira. Estás viva, respira. ¡Despierta! Hace frío y tienes sueño. Las ojeras te dan suaves besos y tú sólo piensas en el café. ¡Despierta! El café y su calor. Y en él. Él. Él. Él. El café. El calor. Él. ¡Despierta! La luz ya no te molesta, los ojos se están acostumbrando al día. La noche sigue durmiendo entre tu piel, se aferra a ti. Calor. Las sábanas se pegan a tu cuerpo, el frío comienza a darte besos en la frente. En la frente, en las mejillas, en los labios... ¡Qué frío! ¡Despierta! El café te espera y tú quieres dejar de esperar. Arriba. Arriba. ¡Despierta! Las sábanas obedecen, se apartan. Tú te entregas a la mañana, te levantas.¡Despierta! Los pasos poco ensayados del concierto de jazz que protagonizas hasta la cocina te desequilibran. Te golpeas el codo contra la manilla de la puerta. Duele. ¡Qué frío! ¡Despierta! Apenas te has detenido unos momentos para sufrir el dolor en silencio, el frío comienza a darte suaves mordiscos, mordiscos en tus piernas desnudas. El calor sigue durmiendo. Estás tentada a volver a la cama y volver a él. A él y al calor. A él. Él. Pero el café te llama. ¡Despierta! Vuelves a caminar, el café se está acercando a ti. O tú a él. No importa. Él sigue en la noche. Tú ya comienzas a preparar la mañana y a descubrir el desayuno. Frío. El calor sigue durmiendo. ¿Y el café? Dos tazas. Sonríes. Dos tazas, no una. ¡Qué frío! Dejas la cafetera ensayando y coges las galletas. Vuelves a mirar las dos tazas. ¡Despierta! Sonríes de nuevo. Bostezas. Hace frío y tú quieres volver a la cama. Vacilas. Dos tazas. ¡Despierta! ¡Qué frío! La cama y el calor y las sábanas y el calor y él. Él. Él. Él. El calor. Frases cortas, pensamientos rápidos. ¡Qué frío! La cafetera comienza a murmurar. ¡Despierta! Entrelazas tus manos, las tienes heladas. Sí que hace frío. El café y el calor. Calor. ¡Despierta! Dos tazas. Él. Echas el café. El olor te envuelva, te despierta, te enloquece y te revoluciona. El café. Tu café. Humeante. Calor. ¡Qué frío! Dos tazas. ¡Despierta!Acunas una de las tazas entre tus manos. Calor. Quema. Quema y tu frío se derrite. ¡Despierta! El café te da los buenos días y tú le das un trago al café. Cafeína y calor. Calor y café. Café y él. Él. ¡Despierta! Sólo un trago. Buenos días. ¡Qué frío! Dos tazas. Vuelves sobre tus pasos, el calor te llama. Él aún duerme. El calor te llama. El calor. Él. ¡Despierta! No hay golpes ni tropiezos. El café sólo practica una suave danza dentro de las tazas. ¡Qué frío! Vuelves a la noche con el día en dos tazas. Dos tazas. ¡Despierta! La noche y el calor. Y él. Él. La noche. El frío. Él. Él y el calor. ¡Qué frío! Buenos días, princesa. Sonríes. Un guiño. O dos. Dos tazas. Y tres bostezos. ¡Qué frío! ¡Despierta! Sigues de pie sosteniendo las dos tazas. Dos tazas. Él café. Él. ¡Despierta! Las sábanas se vuelven a apartar y tú te acercas al calor. A él. El café. ¡Qué peligro! ¡Qué caliente! Le cedes ambas tazas mientras tu vuelves a abrazar al calor. Luego abrazas su calor. Su calor. Él. Lo abrazas. Él café. ¡Qué frío! Dos tazas. Él café. Él. ¡Despierta! Sonríe. Sonríes. El calor. El calor. El calor. Su calor. El calor. Él. El día espera porque la noche continúa. La noche. El café. El día. ¡Despierta! Olvidé las galletas en la cocina... ¡Qué frío! El calor te abraza y tú cierras los ojos. El café te llama y él te besa. El café. El calor. Él. Y el beso. Él. ¡Qué frío! El calor. ¡Despierta!





¡Despierta!

sábado, 27 de octubre de 2012

Diálogo con pensamientos descompensados





- Entonces, ¿tú qué opinas?
- ...
- Oh, venga, no pongas esa cara. La idea en sí es buena.
- ...
- Sí, sí, ya lo sé. Sé que no viene mucho a cuento pero, no sé, la idea es buena. Sólo quiero decirle que, por mi parte, todo está bien. Quiero decirle que al final he encontrado los pensamientos que tengo para él y que es un alivio saberlo. Que cuando todo está bien, está bien. Supongo que alguien podría malinterpretarlo pero...
- ....
¿Pensamientos descompensados? Ja... Tienes razón, seguramente sea eso. Pero con él no me es difícil ser fácil.
- ...
- Boh, no te burles. No me refería a eso. Simplemente digo que, ahora mismo, estamos bien y es agradable que no haya dudastormentas o grandes distorsiones cósmicas y sentimentales. No es fácil encontrar alguien con quien puedas hablar sin necesidad de cambiar, medir y contar todas tus palabras.
- ...
- Sí, con él a veces también las.... pienso. Pero siempre dejo a un lado lo políticamente correcto y me desato. Como ya te dije, es sencillo. Supongo que como todos juzga y cambia unos pensamientos por otros pero, al menos ahora mismo, creo que todo está bien.
- ...
- ¿Que si tuvimos nuestros más y nuevos menos? Pues claro, como todo el mundo. Pero por eso, precisamente por eso, creo que podría estar bien. Es como decirle: "sé que no siempre he estado muy acertada, sé que tú tampoco, sé que confundí o malsentí ciertas cosas, que hubo mucho drama insano pero ahora estamos bien." ¿Te había comentado que nunca escucha canciones tristes?
- ...
- Pues sí. No le gustan o, al menos, eso me ha dicho. Según él, cuando se está feliz se debe escuchar canciones alegres y cuando se está triste... también. Es como una bebida sana, cero drama y mucha energía. Oh, creo que me estoy yendo por las ramas.

[ . . . ]

- Entonces, ¿qué hago?
- ...
- Está bien. Te hago caso.

viernes, 26 de octubre de 2012

Fusiones (que no funciones) (que no ficciones)



Hacía tiempo que habíamos quedado pero se retrasaba. Ambas sabíamos que si ella no llegabayo no me atrevería a escribir ciertas cosas. Ella era el escudo que me hacía falta. Ella era mucho más fuerte que yo.

Mientras esperaba, Valentine insinuó que ella también estaba allí para mí, que también era fuerte. Desde luego Val era fuerte, pero su fuerza era diferente. Y ella siempre había sido demasiado sentimental. No, eso nos quemaría a las dos.
Necesitaba a Vio.

Mientras imaginaba el disfraz que me pondría, mucho menos real que el que usaba ahora, me veía a mi misma cargando con miles de palabras malsonantes y algún que otro cabreo añadido. Cosas del sentimiento, que se dicen. Tú. Tú. Tú. O el otro, qué más da.

- Perdón, llego tarde.

Al final Violent Carson llegó. Al final Violent Carson llegó sonriente, como siempre. Respirarla a ella era como respirar vida.

Nunca habíamos sido mucho de caminar juntas, mi resistencia era mucho menor y me solía cansar pronto. Noquería tener que recurrir a broncodilatadores por escribir un par de palabras. Nos lo tomaríamos con calma.

- ¿Estás preparada?

¿Que si estaba preparada para dejar de sufrir? Pues claro. ¿Que si estaba preparada para dejar el masoquismo sentimental y comenzar a respirar la ironía más blanca y el humor más negro? Pues claro... que no. Si bien no soy de tonos grises, tampoco creo que sea sano tachar el azul y vestir el violent. No. Tendría que haber otra solución. ¿Cuál? Ni idea.

O... espera. Quizá... Desde luego era una locura. Pero si llegase a funcionar, funcionaría. A fin de cuentas, éramos la misma, ¿no?

- Y si...

Hablé con ambas y hablé conmigo. Menuda trinidad estábamos hechas. A Val la idea la entusiamó a Vio.... no tanto. Era visto. Lo de fusionar mentes y corazones y sentimientos y suspiros era complicado. Y más, siendo yo. Y más, tras la previa fragmentación. Por eso lo había hecho, para escudarme en otros nombres y que otros imaginasen otro rostro para mí. Para intentar escribir sin importar lo que pensasen o las conclusiones que sacasen de mis escritosPero, pese a tener muchos nombres, nunca me había atrevido del todo.

- Y para no atreverme prefiero estar entera. Más cuerda o más viento, como prefieras decirlo. Menos loca o menos sentimiento, es lo mismo. La simplicidad no es lo mío.




{ Las acuarelas manchan }

jueves, 25 de octubre de 2012

Echar de menos II



Creo que en demasiadas ocasiones he escrito sobre echar de menos. Sentir que algo no está bien cuando alguien no está. Sentir que estás perdido cuando lo que necesitas está lejos.
Y, pese a lo que podría parecer, hablaba sobre el deseo.
El deseo de echar de menos.

Firmaba como Princess of Cydonia y me creía la Emperatriz Infantil de Fantasía. Hablaba sobre libros, cafés y otoños que añoraba. Y añoraba hablar sobre ti.

Ahora,
todo es complicado.

Ahora echo de menos no echar de menos.
Era más sencillo.

Ahora...
es complicado.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Relaciones



Relaciones.
Tiendo a relacionar cosas con otras cosas. O personas con personas. O personas con cosas.

O, como este caso, personas con libros con personas. Lo que también se podría traducir por autores con personas.

No digo que sea lo más distintivo (literariamente hablando, claro) de cada uno.
No digo que conozca a las personas lo suficiente para que mi opinión importe.
Tampoco digo que sea el autor favorito de cada uno.

Muchas veces no soy capaz de hacerlo.
Muchas veces no puedo decidir.
Muchas veces sale solo.
(como el amor)
(¿no?)




Raquel podría ser tantos y tantos y, sin embargo para mí, sólo puede ser Stephen Edgar Allan King Poe* (qué pasa? No he dicho que no se puedan hacer.... arreglos!)(pero no haré más, de verdad). Con Arib me resulta un poco más fácil, ella es sin duda George R. R. Martin*. A pesar de los días, las semanas y los meses que hace que no sé mucho de Ma, ella combina perfectamente con Oliver Sacks. Jorge tiene que ser Neil Gaiman, la otra opción no es viable*. Seguramente no sea así, pero ahora mismo para mí David es Franz Kafka. Ark es total y absolutamente Paul Auster. Con Olaya me cuesta decidir, así que diré Carlos Ruiz Zafón*. Car es otra de las que podría ser mil y alguno más y, sin embargo, aquellas lágrimas la delatan y sólo puede ser José Saramago. M podría ser todos y cada uno y, sin embargo, es Jacq. P, por mucho que quiera ser Nietzsche, es Manfredi. Ali no puede ser otro más que Alejandro Jodorowsky y su madre, sin duda alguna, es Dominique Lapierre.

*Dudaba demasiado entre Stephen King y Edgar Allan Poe que no pude solucionarlo de ninguna forma mejor.*Aunque hace unos años habría dicho, sin lugar a dudas, Anne Rice. *La otra opción habría sido Michael Ende, pero no quiero compartirlo.*La alternativa de Charles Baudelaire está ahí pero ains, esa foto me resolvió dudas.


Yo supongo que sería .... es broma, no voy a decir lo que ronda por mi mente.



¿Tú qué opinas?
¿Quién crees que soy yo?



¿Tú (te) relacionas?


.


martes, 23 de octubre de 2012

Lo tenía claro



[...] Entonces lo oyó, eran sollozos.

Su corazón comenzó a latir con mucha intensidad, se sentía mareado y débil. Esos sonidos estaban evocando en él recuerdos horribles. Se sintió destrozado, como si acabasen de arrancarle el corazón a mordiscos. Si era un zetaquien estaba llorando con tanto dolor, con tanto sentimiento, Lincoln Walsh lo tenía claro: conseguiría una pistola y se volaría la tapa de los sesos, no podría soportarlo. [...]

lunes, 22 de octubre de 2012

Exit Music


En mis silencios te cuento lo que no digo. Te escucho, te pienso y te cuento lo que siento. No es difícil, la músicalo hace fácil. Tomamos café, vamos al cine y sacamos fotos. Los cielos siempre son azules, incluso cuando llueve;pseudorrealidad, creo que se llama.
En otro lugar o quizá en otro tiempo, creo que combinaríamos bien juntos. Podríamos beber cerveza en Amsterdam y comer bombones en Bélgica. Podríamos disfrutar de Londres. Quizá algún día nos diese por el vino y por Francia. Quizá cruzásemos océanos (de tiempo, de espacio, de sensaciones,...) y nuestro beso se reflejaría en los escaparates. Creo que me gustaría. Creo que me gustarías.
Creo que parte de lo que lo hace tan translúcido es la incógnita de lo que habría sucedido si no hubiese dado un paso atrás. Podríamos llegar a ser buenos amigos. Podríamos llegar a ser buenos amantes. O demasiado malos. Demasiado sentimiento, demasiada literatura. Yo sólo quiero aclarar esa incógnita que me quita, a veces, el sueño. Pensarte es bueno y malo a la vez. Pensarte lejos siempre es malo.
No creas que te suspiro, simplemente añoro lo que contigo sería fácil. O creo que sería fácil. Añoro un contigo. Yo te regalaría libros y tú me descubrirías canciones. Yo prepararía café y tú harías la comida. Podríamos emborracharnos de vez en cuando. Podríamos escribir. Podríamos escribirnos, yo te ofrecería mi piel para dibujar ciudad o pensamientos.
A veces yo podría vacilarte, a veces me harías llorar. Los conciertos sonarían mejor. Y miles de canciones se pegarían a tu piel.
Son cosas que a veces pienso, no siempre. Cosas que podrían suceder si no sucediesen otras cosas. Un tú. UnconmigoPodría no escribir(te), pero quiero hacerlo. Como ya (no) he dicho, la pseudorrealidad es una droga.



¿Qué piensas tú?

domingo, 21 de octubre de 2012

De eso... pero no


Estaba yo pensando si algún día sería lo suficientemente feliz como para leer la delicadeza de Haruki Murakami, cuando mi mente repasó los libros que me esperaban y la bonita dedicatoria de la bonita persona que me regalóun After Dark después de mi mención sobre los Tokios o los Blueses.

Y allí fui, a leer palabras sueltas, cuando me encontré con otras inesperadas. Murakami comparte piso – o sitio en la estantería, como prefieras – con Alessandro Baricco, Aldous Huxley, Jostein Gaarder, Bertrand Russel, Miguel Bakunin, Pablo Neruda, Paul Auster, Richard Bach y Milan Kundera. Y con Julio Cortázar.

Pecando de suicidio alérgico – el libro que tengo es un préstamo indefinido y sus ahora amarillentas páginas nacieron en 1979 – decidí abrirlo.

Malditas coincidencias - pero malditas de verdad - que me encontrase un marcapáginas con una flor seca al comienzo del capítulo 85. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

sábado, 20 de octubre de 2012

(en el medio)



Respiró. Aquello no podía ser verdad, todo había comenzando de una manera tan sencilla que era impensable que ahora le estuviese sucediendo todo aquello. Tosió suavemente mientras se llevaba una mano al costado, dolía como mil demonios. Dejó que un par de maldiciones se le escapasen entrecortadamente de sus labios, no debía hacer ruido. Su mano, la misma que había llevado hasta su costado, se iba tiñendo lentamente de rojo. Cerró los ojos con fuerza, respiró. Respiró todo el bosque que lo rodeaba, su rostro se relajó. Apoyado como estaba contra aquel muro de ladrillo viejo rodeado de maleza se sentía más tranquilo. A su alrededor sólo reinaba el caos, pero allí el estaba solo. Y la soledad era tranquilidad. Se quejó suavemente, aquello dolía de verdad.Maldita sea. La tranquilidad momentánea comenzaba a desaparecer y de nuevo volvía a sentir el corazón en la boca, volvía a sentir el pecho abierto. Se río sin ganas. El pecho abierto. Sí, metafórica y literalmente. Maldita sea, maldita sea! Notó como el leve aire de noviembre le refrescaba las mejillas; debía estar llorando, no lo tenía claro. Volvió a quejarse levemente, ni siquiera en un momento como aquel podía ser dueño de un grito de furia. Eso sería mucho peor, la desesperación era mucho peor que el dolor. Saboreó el dolor como si fuese un vaso de buen vino, sus sentimientos eran tan confusos que disfrutó aquellos momentos de frío. Maldito frío doloroso. De cuclillas como estaba, agazapado entre la maleza y desangrándose era un blanco fácil, debía seguir moviéndose. Se quejó de nuevo, escupió una mezcla de saliva y sangre. O de sangre y saliva. Las proporciones eran tan relativas desde que todo cambió. Sangre y saliva, seguramente. Seguramente se estaba muriendo. Sí, se estaba muriendo. Se moría perdido en aquel bosque. Respiró. Se moría y estaba más en paz que cuando era más dueño de su vida que de su sueño eterno. Dejó caer la pistola en la hierba. La dejó con delicadeza en el suelo, como si fuese una antigua compañera de viaje, demasiado vieja para continuar. Como si sus pasos hubiesen sido tantos que ya estaba cansada de seguir. Se volvió a reír suavemente. Volvió a toser sangre. El que se cansaba de vivir era él, el que se cansaba de morir era él. La muerte se reía de él y a él aquello le hacía gracia... o muy desdichado, no lo tenía claro. La muerte no llegaba, la vida lo abandonada. ¿Qué era aquello? Respiró de nuevo. Respiró y esperó. Dejó que todo el bosque lo rodease, que el viento acunase su llanto silencioso. Dejó que la noche bebiese sus lágrimas y los gritos lejanos se ahogasen entre la maleza. Y esperó. Y esperó. Y la muerte no llegaba. Maldita sea! Morirse le estaba doliendo mucho más que seguir viviendo. La muerte, prostituta ladrona de vida, se estaba retrasando y él nunca llevó bien la espera. Quejido tras quejido fue incorporándose; una mano aferrada a la pistola, la otra contra el muro, pintándolo de rojo. Quejido tras quejido se incorporó a la vida. Si la muerte no llegaba, él agarraría y se follaría a la vida. La determinación iluminó sus ojos. Volvió a llorar, ahora estaba seguro. La vida dolía pero no estaba listo para morir. Impulsado por sus nuevas ganas de respirar, sonrió. Todavía no estaba todo perdido.

viernes, 19 de octubre de 2012

Una historia supernatural



Mientras corría no miraba atrás. Había visto demasiadas películas de monstruos para saber que mirar hacia atrás nunca conllevaba nada bueno. Salió del salón principial de la casa golpeando la manilla con fuerza y giró por el pasillo a oscuras, iluminando con su literna a duras penas. Su respiración se aceleró cuando la cerradura de la puerta que llevaba al sótano se le resistió unos segundos, notaba aquella presencia oscura pegada a sus talones, no podía demorarse más.

Cuando la puerta finalmente cedió, bajó los escalones de dos en dos y maldijo por lo bajo cuando trastablilló y terminó de descender los últimos cinco peldaños rodando, menudo escándalo estaba haciendo. Cuando su cara golpeó con el suelo del sótano, aspiró polvo y suciedad. Tosió varias veces mientras se levantaba y recogía la linterna con rapidez. Se alejó de las escaleras poco a poco, mientras trataba de normalizar su respiración, en aquel momento no le convenía hacer ruido. La criatura pronto llegaría hasta ella y sólo tendría una oportunidad.

Intentó encontrar su mochila en la semioscuridad pero no lo consiguió. Pensó en el magnífico cuchillo que había dejado dos pisos más arriba, cuando aquel extraño ser había saltado sobre ella desde las sombras, derribándola. Había faltado muy poco para que de un golpe la hubiese dejado sin cara. Pero ahora no tenía tiempo de lamentarse, ya escuchaba la respiración jadeante del monstruo; se estaba acercando a ella. Era ahora o nunca.

Dirigió su mirada por toda la estancia intentando encontrar algún tipo de arma con la cual defenderse. Sin apenas moverse, aquel ser ya había bajado las escaleras, cogió un bate de beisbol que había cerca de una caja llena de balones y pompones de animadora. Con la espalda contra las puertas de un armario se preparó. Apagó la literna, cuya luz estaba ahogada entre sus manos y la dejó en el suelo, a sus pies. Se pasó la mano por la frente y se apartó el pelo de la cara. Aspiró profundamente mientras sujetaba el bate con ambas manos, el momento había llegado.

Conteniendo la respiración, cuando el momento llegó, golpeó hacia la izquierda con fuerza. De la inercia casi se le cae el bate de las manos. Allí no había nada, había golpeada al aire. ¿Cómo? Ella había escuchado atentamente, la criatura se había movido entre jadeos hasta donde ella estaba, había esperando el momento. Había dejado que se acercase lo suficiente como para no errar el golpe. No entendía nada, ¿dónde se había metido?

Con un ruido brutal de madera rota algo surgió a su espalda, golpeándola con fuerza. Notó un dolor horrible que la dejó unos momentos sin respiración, la había alcanzado en todo el costado izquierdo y la había tirado al suelo. Aquel ser había surgido del armario y la había derribado. Se le escapó un grito cuando sintió como unas garras agarraban su tobillo derecho, la criatura trataba de arrastrarla hacia sí. Tras varios pataleos, consiguió asestarle una patada lo suficientemente fuerte como para que aquel depredador la soltase. Se levantó como pudo y corrió intentando esconderse. Se apoyó contra la pared jadeando, intentando aclararse la mente. Necesitaba un plan B.

Aquella criatura soltó un rugido atronador. Ella intentó controlarse, tuvo que apretar los puños con fuerza para que sus manos dejasen de temblar. Aquel ser estaba enfadado y ella no tenía armas, ningún tipo de defensa. Estaba perdida.

Se deslizó como pudo, siempre con la pared a su espalda ya que no volvería a repetir el descuido de antes, y consiguió asir un paraguas de aspecto resistente. Genial, pensó apesadumbrada.Agudizó el oído, la oscuridad en aquella zona era prácticamente total, y esperó. Segundos después aquella criatura soltó otro rugido y la escuchó correr; correr hacia ella. La había descubierto.

Mientras levantaba el paraguas, sujetado con ambas manos, de forma horizontal, la criatura rugió y golpeó. Ella cerró los ojos. Segundos antes de la colisión, notó como algo se ponía frente a ella, algo surgido de la oscuridad. El dolor, que no llegó, fue sustituido por una leve sacudida y un gruñido cerca de su cara.

- Tranquila. - susurró cerca de su cuello el desconocido que se había interpuesto entre ella y aquel ser . - Estás a salvo.

jueves, 18 de octubre de 2012

Sigo pensando en compases


Y... ¿qué puedo hacer cuando esa frase se me ha pegado al alma?
¿Qué harías tú?


Expresarse correctamente sin caer en el tedio no es fácil. Analizar las palabras desde una roseta de vientos hechos punto de vista, tampoco. Como tampoco lo es arrojarse al tiempo y esperar. Esperar que lo esperado se vuelva inesperado. Sentir el frío en las mejillas. Caldear la casa de nuevos recuerdos. [...] Supongo que puedo amueblar una casa ya que no puedo amueblar el corazón. Y perderme entre otras historiasY hacerlas mías.

But then the rains come, and the ground fills with water. And I must come up to the surface for air. Then I was plucked from the wet slime. And dropped in tequila. I lay in a stupor for sometime. And one fine night I was gulped down in a shot.



Mangas de princesa para un corazón de troll.
O algo parecido.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Lobos que roban suspiros



Y... ¿qué sentimiento puedo transformar en palabras para crear otra historia, más digna de ser contada que todos los pasos que he dado? Supongo que todas las espinas que me pertenecen son sólo mías, demasiado difíciles de compartir. Y aún así, aquí estamos.

Podría escribir que el corazón ya no sufre ni padece, el Invierno regresó. Ningún huargo en el que pensar, aunque en realidad hay demasiados lobos que me roban suspiros y algún que otro aliento. Ficciones demasiado oníricaspara imaginarlas reales.


martes, 16 de octubre de 2012

Tic, tac


Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac.
Sus pies se movían con una cadencia frenéticaTic, tac, tic, tac.

- Lucy, recuerda...

Ahora iban cogidos de la mano. A él le dolía los huesos; a ella, el corazón. La niebla los observaba desde las esquinas. El bosque estaba ruidosamente en silencioTic, tac, tic, tac, tic, tacLa humedad del ambientemordía la hierba que los separaba del semiembarrado camino. Apenas se veía más allá de su locura, el anochecer se había muerto hacía rato.
Él se movía deprisa, avanzaba delante, decidido. Como siempre. Como élÉl. Ella se dejaba flotar tras sus pasos, indecisa, soñadora. Como siempre. Como ellaElla.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac.

- Ya no hay tiempo para preguntas de lujuria.

Si no fuese porque ya no había marcha atrás, ninguno de los dos habría seguido avanzando. Una vez se había tocado fondo, el fondo del estanque del que habían conseguido salir a duras penasya no había marcha atrásEl camino de flores muertas y viento gélido era sólo de idaTic, tac, tic, tac, tic, tac.
Sus ropas se pegaban más a sus cuerpos. Él seguía avanzado. Ella se seguía dejando llevar.

- Como un huracán.

Su destino estaba ahí, ya habían llegado. Él apretó la mano de ellaTic, tac, tic, tac, tic, tac. Ambos suspiraron a la vez.

- El Funeral de los Corazones.

Juntos abrieron la puerta.

lunes, 15 de octubre de 2012

Capítulo perdido



Avanzó por la calle iluminada por viejas farolas. El suelo estaba mojado, había llovido esa tarde, mientras él dormía. Bajó los peldaños de la escaleras de piedra. Llegó a la fuente. El aspecto que proyectaba era lúgubre, sombrío. La fuente que por el día parecía digna de algún paisaje bucólico, a la luz artificial de la noche parecía más bien sacada del mismo infierno. De Pandemoniun, lugar al que él se dirigía. Su largo abrigo desabrochado ondeaba tras él; sus pasos eran rápidos, exactos. Su mano, intranquila, de vez en cuando encendía un mechero que no tenía tiempo de hacer asomar su pequeña llama antes de que esta se viese asesinada por el viento de la noche.

Su mentón se alzó en un gesto casi involuntario, miró la luna. Ahí estaba, colgada de los hilos de la noche. Redonda. Inmensa.

- Maldita prostituta.

Un fuego oscuro ardió en sus ojos mientras contemplaba la luna. Negó con la cabeza mientras apuraba el paso. Muy pronto llegaría y una vez allí ya pensaría que hacer.

- Si es que llego a tiempo...


domingo, 14 de octubre de 2012

Nunca


Nunca se me ha dado bien estar perfectamente peinada. Me gustan las camisas con el último botón abrochado. Creo que Héroes del Silencio son un mapa hacia mis pensamientos. Mi corazón es de hielo. Soy complicada. En ningún momento he dicho que fuese fácil quererme.

sábado, 13 de octubre de 2012

Un par de días o un millar más


No tengo muy claro qué hacer mientras el tiempo pasa, la madrugada llega y la música suena. Te sigo pensando, pues claro. Siempre te pienso. Creo que si me dieran unos minutos sería capaz de calcular todos los días que te pienso. Que son muchos. Que son todos.Y como yo no miento, cuando digo todos son todos. Son 394 días.


Pero ya ni sé cómo te pienso, porque no te veo. No te veo desde hace demasiado tiempo y apenas si recuerdo tu voz. Recuerdo que fue una voz que me paralizó tanto pensamientos como emociones para luego arrojarme al vacío. Un vacío lleno de tu voz. También sé que tu voz (oh, tu voz...) me descubrió tu mente. Sólo un poquito, sólo un suspiro,... pero ¡cuánto me gustó!

Supongo que tú no sabrás todo esto, sólo una pequeña parte (¡no me creo que... no me lo creo todavía!), pero es la verdad. Tú, para mí, eres ÉL. No eres como me imaginaba que serías pero, cálidamente (no soy de hielo desde que escuché beta-adrenérgicos de tu boca), eres mejor. Incluso con todos tus defectos (conocidos o desconocidos), para mí, eres perfecto.


viernes, 12 de octubre de 2012

Fight or flight



Salí corriendo de entre los escombros. Todo era una mezcla de ruido, humo y gritos. Tenía miedo y apenas podía respirar. El flato hacía que cada nueva zancada supusiera un dolor punzante. Pero debía continuar. El frío me helada los dedos, las mejillas y el corazón. La angustia se apoderaba de mi mente.

- ¿ Dónde estáis ? – grité con todas mis fuerzas buscando a mis compañeros con los ojos tan abiertos que el humo me producía gruesas lágrimas que resbalan por mis mejillas. Tosí varias veces. - ¿ Dónde estáis ?


Me detuve en seco. Giré 360º mi posición original y a punto estuve de derrumbarme entre el terror y la desesperanza. Pero no lo hice. Desterré toda fatalidad de mi mente y seguí corriendo. Saltaba entre el cemento, los hierros y el polvo. Pero al menos ya no escucha los gritos.

Sabía que mis compañeros habían salido antes de la explosión, antes de que yo lo hiciera. Sabía que no los dejaba atrás. Pero no sabía por qué todavía no los alcanzaba.

Comenzaba a sentir como los bronquios empezaban a contraerse. Demasiado rápido. Mi respiración, inicialmente acelerada, dio paso a una que era intermitente e irresoluta. “Joder, ahora no, ahora no!”. Notaba como mis costillas empezaban a aproximarse demasiado a mis pulmones. El esfuerzo que hacía por seguir en movimiento, hacía que mi asma hiciese acto de presencia. No podía continuar así.

Me detuve jadeando. Sentía dolor, náuseas y como si mi cabeza estuviese en una lavadora. Me saqué la mochila de los hombros y la abrí apresuradamente. Rebusqué entre todas las cosas que había en su interior. Cerré los ojos con fuerza y me llevé una mano al pecho. De rodillas entre los escombros dejé que mi frente tocase en el suelo. Creo que estaba llorando. “Tranquila, tranquila,…”. Pero no estaba dispuesta a rendirme tan pronto. Finalmente encontré el inhalador y me dosifiqué varias veces. “Mejor sobredosis que quedarme aquí”.

jueves, 11 de octubre de 2012

No fantasmas en cuadros invisibles



Supongo que podría escribir lo profunda que es la existencia humana y relacionarla con la multitud de estrellas que viajan por el Universo. Y, cómo no, relacionarlo todo con el amor y los pensamientos más íntimos... pero hoy no lo voy a hacer.


Ayer he tenido un par de buenas conversaciones que me han ofrecido una visión más amplia de cosas que me ahogan (un poco). Como he dicho antes, esta entrada va a ser tan insulsa y verdadera (como las anteriores) pero sin pretensiones. Hoy no.

Supongo que cuando nado no pienso, sólo respiro. Y no hundirse sienta tan bien... Así que eso es todo (?). Muchas palabras, ningún significado y canciones superficiales. Para qué engañarnos, mañana volveré a visitar al Viejo de la Montaña Errante y volveré a charlar con Gmork.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Lo correcto y lo que deseas



Nana is Lost





If dreams are like movies, then memories are films about... ghosts.
 Imaginemos un escenario robado: unas cervezas a medias, música de fondo y con fondo, aleatoriedad y una mirada. Más o menos es en lo que pienso, a veces. El problema es cuando las pupilas te atrapan y tú quieres dejarte atrapar. El problema no es ese. Lo complicado de la situación es que no sólo baila tu música con la suya. Parece mentira, tú que creías que no había compases que te complementasen.

It's the wrong kind of place to be thinking of you. [...] It's de wrong time. Me encanta este tipo de canciones para los momentos de catarro. Creo que en estos casos es la mejor compañía que podría tener, no crees?

Creo que tú entenderías lo que digo y estarías de acuerdo pero no te lo voy a preguntar. Yo no hago esas cosas.She couldn't quite explain it. They'd always just been there, mmm mmm mmm mmm.

Y ahora es cuando miro el reloj, demasiado tarde. Una pena. La obra ha terminado. Arriba todos! Qué tal ha estado? Demasiado drama? Demasiado poco? And I find I kind of funny I find it kind of sad. [...] I find it hard to tell you I find it hard to take... when people run in circles it's a very very mad world. Sí, tienes razón, ha habido muy poca acción. Otro día veremos otra cosa, con otros actores. Sí, sí, sí. Exacto.



I wish I was special. You're so fucking special...
But I'm a creep.

martes, 9 de octubre de 2012

Una niña, un paraguas y muchas tildes


La niña azul paseaba por las calles de Wordland con su paragüas favorito. El cielo no estaba azul, como a ella le gustaba, sino que nubarrones grises escondían las estrellas incluso más que el sol. La tormenta se avecinada ya que la historia imperfecta todavía no había sido contado y los finales felices nos ahogaban en esta tormenta de palabras.
La niña azul tenía un poco de frío ya que el abrigo cubierto de efes que llevaba hoy parecía no ser suficiente para resguarecer su corazón (de tinta) (,tal vez).

El sonido de un trueno (o de la máquina de escribir) estalló y un aguacero de letras comenzaron a llover del cielo gris (o blanco, no lo recuerdo bien). Comenzaron a llover tildes y asteriscos y no había espacios entre charco y charco, sólo palabras.

lunes, 8 de octubre de 2012

Amor, invierno, el sol y él



Hace tiempo creía en el amor. Creía en el amor de una forma infantil, literaria y muy profunda. Creía que los grandes amantes se reencarnarían en personas comunes y que, al encontrarse a través del tiempo y del espacio (como si de La Fuente de la Vida se tratase) formarían historias dignas de ser contadas.

Después llegó el invierno en el que todo el mundo vivían sus propias primaveras o sus veranos y comencé a desterrarlo. No lo sentía y creía que nunca lo sentiría. Era como ser consciente de que los grandes amores que encogen el corazón sólo vivirían, para mí, en las páginas de los libros. Fue una época bastante horrible, ya no sólo por esa terrible certeza, sino porque vino acompañada de muchos otros sentimientos dramático-chungos. ¡Duh!

Pero al parecer soy más Phoenix de lo que creía, y el hielo comenzó a derretirse. No sé muy bien cuál fue el detonante de esta terrible reacción en cadena que me llevó a mi situación actual, de positivismo y esperanza (incluso en la desesperanza), pero doy gracias porque haya sucedido. Creo que el estado de transición, de máxima energía, apareció con él.

No sé si fue algo lo que propició ese momento pero gracias a esa situación, comencé a sonreír un poquito más. Con él llegaron muchos momentos de desmarañamiento sensitivo y apertura a las personas. Y no es momento de buscar malos pensamientos, hablo en serio. Creo que he sido alguien que no era por miedo. Y que el miedo gobierne tu vida no es una buena forma de proceder, de vivir.

Ahora estoy en constante arrojo y creo que soy más feliz.


domingo, 7 de octubre de 2012

Estrellas con nombre propio

Pensé que el Universo se había atrincherado y sólo bombardería con rayos de sol no vistos y otras cosas menos agradables. Golpes que requebrajarían el hielo que bombea mi sangre

Pero no ha sido verdad. No es verdad. 

El Universo ayer me regaló un nombre en estrellas fugaces. Perseidas. Perseus. Creo que ya estoy lista para matar a Medusa. Lo que debo hacer es dejar de mirar fijamente y utilizar más el escudo.  

Ayer estaba sola, abrigada y con un saco de dormir sobre plaqueta. Rodeada de las macetas que meses atrás tuvieron mis tulipanes creciendo y floreciendo. Hacía frío y, de vez en cuando, me sentía pequeñita bajo la bóveda celeste. "...Y tiritan, azules, los astros a lo lejos."  

Por ayer no estaban lejos, están demasiado cercanos como para no emocionarse.  

Pensé. Pensé mucho mientras las esperaba. Escuchaba música y pensaba. Surcaba por el mar de mis pensamientos con bandera pirata como filosofía, me enfadaba con ellos, con las respuestas que producían y estaba lista para abordarlos y " del trueno, al son violento y del viento a rebramar...."
Pero llegó el sosiego. Tristeza y sosiego.  

Supongo que hay gente que haga lo que haga recibe menos de lo que da. Menos de personas a las que más. Sad but True.  

Como estaba sola no me importó ver mi reflejo de sentimientos claramente. Estaban ahí. Sin máscaras ni angustia enmascarada. Simplemente eso. Cuando pierdes una amistad que nunca tuviste duele. Duele mucho. Pero supongo que el tiempo ayuda. Al menos no ha habido huevos en el aparcamiento. De verdad, siento todo esto. Siento que hayas sido cruel conmigo. Siento que me hayas dejado así cuando lo único que he hecho ha sido darte. Ni siquiera lo comprendo aún. Pero no importa. El Karma no creo que tarde en actuar, no? A las buenas personas les debe tocar cosas buenas en algún momento. Yo te olvidaré. Me recompondré y ya no me importarás más.  

Será genial.   

Además, así evito cafés que no quiero y aviones interminables. Es mucho mejor. Tampoco molas tanto.

Pero no todo fue triste y amargo, sabor a despedida. No. También estuviste paseando por mi mente mientras una, dos,.... seis y siete estrellas se dejaban verfugazmente por mis ojos. Y pensé en el dieciocho de noviembre y en Sant. 
Y me pregunté qué sucedería.  

Bueno, creo que ya he dicho demasiado. 

sábado, 6 de octubre de 2012

Me gusta(s)



Me gusta decir que te... pienso.

Me gusta mucho decir que te pienso constantemente y, como (no) sabrás, yo no miento. Así que supongo queviajas en vuelo constante entre mis neuronas, te ha gustado ese rinconcito y haces que me emocione cuando te veo.

Te pienso por las mañanas, me pregunto qué estarás desayunando y sí (hoy) te gusta lo que desayunas. Te pienso los días de sol, me pregunto si te apetecerá ir a dar una vuelta, seguramente al campo, pasear. Te pienso los domingos, me pregunto si los odiarás como yo. Te pienso cuando hay exámenes, me pregunto si te muerdes las uñas y si los sufres o los padeces, si te pones nervioso o eres un chico (listo) de hielo y no te afectan.

Y también te pienso por las noches, y te deseo un "buenas noches" sin palabras. Y también te pienso los días que llueve, y te busco bajo cada paraguas. Y también te pienso los jueves, los viernes, los sábados,...., y te imagino estudiando, haciendo de comer. Y también te pienso en vacaciones, y te deseo miles de viajes porque intuyo que te gustan.

Me gusta decir que te pienso.
Me gusta.
Me gustas.



viernes, 5 de octubre de 2012

Miseria y música pop



“What came first, the music or the misery? People worry about kids playing with guns, or watching violent videos, that some sort of culture of violence will take them over. Nobody worries about kids listening to thousands, literally thousands of songs about heartbreak, rejection, pain, misery and loss. Did I listen to pop music because I was miserable? Or was I miserable because I listened to pop music?”

¿Qué vino primero, la música o la miseria? A la gente le preocupa que los niños jueguen con armas, o que vean videos violentos, que una cierta cultura de violencia los absorba. A nadie le preocupa que los niños escuchenmiles, literalmente miles de canciones sobre corazones rotos, rechazo, dolor, miseria y pérdida ¿Escuchaba música pop porque era miserable? ¿O era miserable porque escuchaba música pop?


Rob Gordon (John Cusack) en "Alta Fidelidad" (High Fidelity, 2000)

jueves, 4 de octubre de 2012

Tú, siempre tú



No sé cómo será todo después, pero voy a averiguarlo. Supongo que las canciones suaves y tristes se colocarán entre las rendijas de mi corazón y martillearán la poca cordura que me quede. Pero el caso es que está decidido.

He pasado muchos días y muchas noches pensando e imaginando(te) y creo que es el tiempo suficiente para decirle a los demás lo que quiero decirte a ti.Creo que los días que sigan serán tortuosos y oscuros pero al menos serán reales, total y absolutamente reales. Tú, también, serás más real. Más humano. Más real y menos una idea. Qué cosas, verdad?De personajes pasarás a ser persona.Y yo... bueno, creo que será un momento perfecto para esconderme bajo los adoquines y encerrarme en casa a estudiar. No vamos a dramatizar (sí lo vamos a hacer) y todo será mejor.


  


Dicen que la suerte favorece a los audacesasí que... seamos audaces.