Estaba yo pensando si algún día sería lo suficientemente feliz como para leer la delicadeza de Haruki Murakami, cuando mi mente repasó los libros que me esperaban y la bonita dedicatoria de la bonita persona que me regalóun After Dark después de mi mención sobre los Tokios o los Blueses.
Y allí fui, a leer palabras sueltas, cuando me encontré con otras inesperadas. Murakami comparte piso – o sitio en la estantería, como prefieras – con Alessandro Baricco, Aldous Huxley, Jostein Gaarder, Bertrand Russel, Miguel Bakunin, Pablo Neruda, Paul Auster, Richard Bach y Milan Kundera. Y con Julio Cortázar.
Pecando de suicidio alérgico – el libro que tengo es un préstamo indefinido y sus ahora amarillentas páginas nacieron en 1979 – decidí abrirlo.
Malditas coincidencias - pero malditas de verdad - que me encontrase un marcapáginas con una flor seca al comienzo del capítulo 85. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario