domingo, 28 de octubre de 2012

¡Despierta!



¡Despierta! Abre los ojos al día. Suspira. Estás viva, respira. ¡Despierta! Hace frío y tienes sueño. Las ojeras te dan suaves besos y tú sólo piensas en el café. ¡Despierta! El café y su calor. Y en él. Él. Él. Él. El café. El calor. Él. ¡Despierta! La luz ya no te molesta, los ojos se están acostumbrando al día. La noche sigue durmiendo entre tu piel, se aferra a ti. Calor. Las sábanas se pegan a tu cuerpo, el frío comienza a darte besos en la frente. En la frente, en las mejillas, en los labios... ¡Qué frío! ¡Despierta! El café te espera y tú quieres dejar de esperar. Arriba. Arriba. ¡Despierta! Las sábanas obedecen, se apartan. Tú te entregas a la mañana, te levantas.¡Despierta! Los pasos poco ensayados del concierto de jazz que protagonizas hasta la cocina te desequilibran. Te golpeas el codo contra la manilla de la puerta. Duele. ¡Qué frío! ¡Despierta! Apenas te has detenido unos momentos para sufrir el dolor en silencio, el frío comienza a darte suaves mordiscos, mordiscos en tus piernas desnudas. El calor sigue durmiendo. Estás tentada a volver a la cama y volver a él. A él y al calor. A él. Él. Pero el café te llama. ¡Despierta! Vuelves a caminar, el café se está acercando a ti. O tú a él. No importa. Él sigue en la noche. Tú ya comienzas a preparar la mañana y a descubrir el desayuno. Frío. El calor sigue durmiendo. ¿Y el café? Dos tazas. Sonríes. Dos tazas, no una. ¡Qué frío! Dejas la cafetera ensayando y coges las galletas. Vuelves a mirar las dos tazas. ¡Despierta! Sonríes de nuevo. Bostezas. Hace frío y tú quieres volver a la cama. Vacilas. Dos tazas. ¡Despierta! ¡Qué frío! La cama y el calor y las sábanas y el calor y él. Él. Él. Él. El calor. Frases cortas, pensamientos rápidos. ¡Qué frío! La cafetera comienza a murmurar. ¡Despierta! Entrelazas tus manos, las tienes heladas. Sí que hace frío. El café y el calor. Calor. ¡Despierta! Dos tazas. Él. Echas el café. El olor te envuelva, te despierta, te enloquece y te revoluciona. El café. Tu café. Humeante. Calor. ¡Qué frío! Dos tazas. ¡Despierta!Acunas una de las tazas entre tus manos. Calor. Quema. Quema y tu frío se derrite. ¡Despierta! El café te da los buenos días y tú le das un trago al café. Cafeína y calor. Calor y café. Café y él. Él. ¡Despierta! Sólo un trago. Buenos días. ¡Qué frío! Dos tazas. Vuelves sobre tus pasos, el calor te llama. Él aún duerme. El calor te llama. El calor. Él. ¡Despierta! No hay golpes ni tropiezos. El café sólo practica una suave danza dentro de las tazas. ¡Qué frío! Vuelves a la noche con el día en dos tazas. Dos tazas. ¡Despierta! La noche y el calor. Y él. Él. La noche. El frío. Él. Él y el calor. ¡Qué frío! Buenos días, princesa. Sonríes. Un guiño. O dos. Dos tazas. Y tres bostezos. ¡Qué frío! ¡Despierta! Sigues de pie sosteniendo las dos tazas. Dos tazas. Él café. Él. ¡Despierta! Las sábanas se vuelven a apartar y tú te acercas al calor. A él. El café. ¡Qué peligro! ¡Qué caliente! Le cedes ambas tazas mientras tu vuelves a abrazar al calor. Luego abrazas su calor. Su calor. Él. Lo abrazas. Él café. ¡Qué frío! Dos tazas. Él café. Él. ¡Despierta! Sonríe. Sonríes. El calor. El calor. El calor. Su calor. El calor. Él. El día espera porque la noche continúa. La noche. El café. El día. ¡Despierta! Olvidé las galletas en la cocina... ¡Qué frío! El calor te abraza y tú cierras los ojos. El café te llama y él te besa. El café. El calor. Él. Y el beso. Él. ¡Qué frío! El calor. ¡Despierta!





¡Despierta!

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