martes, 9 de octubre de 2012

Una niña, un paraguas y muchas tildes


La niña azul paseaba por las calles de Wordland con su paragüas favorito. El cielo no estaba azul, como a ella le gustaba, sino que nubarrones grises escondían las estrellas incluso más que el sol. La tormenta se avecinada ya que la historia imperfecta todavía no había sido contado y los finales felices nos ahogaban en esta tormenta de palabras.
La niña azul tenía un poco de frío ya que el abrigo cubierto de efes que llevaba hoy parecía no ser suficiente para resguarecer su corazón (de tinta) (,tal vez).

El sonido de un trueno (o de la máquina de escribir) estalló y un aguacero de letras comenzaron a llover del cielo gris (o blanco, no lo recuerdo bien). Comenzaron a llover tildes y asteriscos y no había espacios entre charco y charco, sólo palabras.

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