Echaré por tierra las pasiones que no osas decirme a la cara. Si no hay valor en tu corazón, esas palabras están tan vacías como los sentimientos que fluyen de tu ser al mío. No contamines la palabra amor.
Vuelas hacia el abismo de sus ojos como una pompa de jabón. Juegas a no enamorarte. A que eres tan ligera que no hay sentimiento que te ate a nada. A nadie. Pero
Las dos criaturas se miraron a los ojos largo rato. Una luna, o un sol, quién sabe. Eternos dueños de su Eternidad. No necesitaban movimientos, ni siquiera las palabras hacían falta. Era tal la conexión existente que hacía enmudecer a todo ser real. No. Miento. No existía ser alguno. La fuerza de sus miradas minaba cualquier intención de vida.
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