lunes, 10 de septiembre de 2012

Funciones logarítmicas


En esta función que vivimos a tiempo completo no me siento a gusto con el papel que me ha tocado representar. Ni la obra en sí es demasiado buena. Cada día más actores ficticios interpretando personajes que no existen en algún teatro desaparecido. Se subastan tanto mentes como corazones y se exprime la belleza hasta que muere en un último suspiro de vida. Todo es reciclado, prestado o comprado pero escasean las cosas auténticas. Se camina rápido y se llega a ninguna parte una y otra vez. Nos contratan aún antes de nacer y somos los empleados los que pagamos al jefe con días y semanas, con pasiones y decepciones, con cielos azules y corazones rotos. Las flores escasean, al igual que los soñadores. Una pena.

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