El jefe de los bomberos me ha contado que Clarisse ha sido atropellada por un coche y ha muerto. Y ahora es cuando me siento a pensar e imagino que las cosas son distintas. Creo que, en parte, Ray y yo tenemos cosas en común. Los pensamientos sobre la velocidad y el desapego de las personas son temas que son inducen sentimientos confusos. Pero no voy a hablar de él ni de ella, sino que voy a hablar de mí.
-Nos engañan. Nos dicen que hay azules que esperan para poder pintar nuestro mundo con su sonrisa. A elevarnos. A entrelazarnos. Nos engañan diciendo que si somos verdaderas princesas montaremos en dragones y evitaremos La Nada y viajaremos por el espacio con E.T. y surcaremos el infinito a caballo de estrellas fugaces. Pero la verdad es que todo se torna gris cuando no hay un 'tú' que añorar. Miro al vacío desde la punta del iceberg en el que me encuentro desde hace eones y sopeso si lanzarme hacia las sensaciones aterradoras y desconocidas o regresar a mi guarida y esperar a ser rescata. Si luchar o dejarme salvar. Si trepar, escalar, pelear o esperar, desear, soñar. Moviendo la cabeza busco una estela esperanzadora, una llama que pueda descongelar mi esencia, una llama cálida que no me abrase las entrañas.- No! Me niego a buscar! - se sienta - que me encuentren o... la montaña y los gatos y los pelos de loca me esperan.
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